Consejos para los padres antes del examen La ansiedad de prueba puede tomar a su hijo como rehén. Puedes ayudarles como sus padres. Esto es lo que los padres pueden hacer antes del examen…
Usted puede reducir la ansiedad de su hijo en los exámenes El estrés del examen de ingreso a la universidad comienza a envolver a los niños meses o incluso años de antelación. Poco antes del examen, la ansiedad y las actitudes preocupantes de las familias afectan a los niños mucho más negativamente. Es muy importante que los padres escuchen a sus hijos, los entiendan y demuestren que los entienden. Porque los jóvenes son los que más necesitan el apoyo de sus familias en sus difíciles procesos. Los padres que han tenido algunos desacuerdos hasta ahora no deben abrir heridas irreparables entre ellos y sus hijos.
El valor del niño no se puede medir por las puntuaciones de los exámenes
Haga que su hijo se sienta muy valioso para usted antes y después del examen. Explique que el valor de él/ ella en sus ojos no se puede medir por el resultado del examen. Hable con su hijo y dígale a él/ella que considerará alternativas a cada resultado. Recuerde que todos los exámenes son temporales; su relación con su hijo es permanente.
Evitar declaraciones imperativas No utilice frases obligatorias como “Usted debe obtener una puntuación completa en matemáticas, usted debe hacer a lo sumo tres errores, que definitivamente debe establecerse en algún lugar este año”. Esto causa ansiedad en el estudiante y distrae la motivación.
Concéntrate en hoy, no en mañana Incluso si cree que la universidad es esencial para que su hijo tenga un buen futuro, reduzca su ansiedad. Reflejar su ansiedad puede aumentar el estrés del examen. Concéntrese en lo que su hijo está haciendo hoy en lugar de lo que él/ ella hará mañana y cuánto él/ ella estudiará. Esto evitará que se preocupe demasiado por el resultado del examen y reducirá la ansiedad de su hijo.
No mida la inteligencia de un niño con un examen
Declaraciones como “Usted es un niño muy inteligente, sin duda obtendrá una puntuación muy alta” son muy peligrosas. Evite las oraciones exageradas, ya que armonizar sus expectativas con lo que su hijo puede hacer le ayudará a él/ ella para reducir su/ su ansiedad. No mida la inteligencia de su hijo con el examen, ya que otros factores como la emoción de su hijo, ansiedad futura, las condiciones físicas del lugar donde él/ ella tomará el examen, el sueño nocturno, el estado de salud también puede afectar su/ su rendimiento durante el examen.
Planificar actividades para aumentar la motivación Participe en actividades para reducir el estrés durante el proceso de examen. Realice actividades energizantes juntos para aumentar la motivación de su hijo y reducir la ansiedad. Cuando él/ ella está abrumado, nervioso o desesperado, será útil para tomar un corto paseo al aire libre y pasar un día en línea con su/ sus deseos.
Sin presión No lo obligue a estudiar en los días previos al examen. Ayúdelo a él/ ella a asumir la responsabilidad de estudiar a lo largo de su/ su educación. En lugar de decir “estudio”, hacer enfoques positivos tales como “¿cómo podemos ayudarle a estudiar de manera más eficiente, ¿tiene alguna solicitud, hay algo que necesita ayuda o algo que le gustaría hacer juntos?”. Después de inculcar esta conciencia, deja que él/ella decida cuándo y cuánto estudiar.
Que tus palabras y hechos no sean diferentes El lenguaje corporal y las palabras deben estar en armonía con el niño. Al dar el mensaje “El examen no es importante para nosotros, lo que es importante es que usted está haciendo todo lo posible”, siendo gratificante cuando su hijo obtiene altas puntuaciones en el examen y estar triste, enojado y punitivo cuando él/ ella obtiene puntajes bajos muestra que sus palabras y comportamientos significan cosas diferentes. El niño entiende el dilema aquí y presta más atención al lenguaje corporal, así que asegúrese de que su lenguaje corporal, tono de voz y comportamiento coincidan.
Ser constructivo Las conversaciones negativas sobre el posible resultado del examen en una multitud de personas, familiares o amigos aumentan la ansiedad del niño y desalentar a él/ ella de estudiar. Declaraciones tales como “No se puede ganar con este trabajo, no tenemos esperanza para
usted”, que se dice para aumentar su/ su motivación, hacer nada más que disminuir su/ su motivación, conducir
él/ ella a la desesperación, y hacer que él/ ella piensan que no lo apoyan a él/ ella y no confían en él/ ella. Por el contrario, disminuye su/ su confianza en sí mismo y aumenta su/ su ansiedad al verse a sí mismo/ ella misma como un fracaso. Por esta razón, recuerde a su hijo que siempre está allí para guiarlo/ ella para encontrar soluciones alternativas dando discursos alentadores.
No los hagas sentir inadecuados Hacer comparaciones no aumenta la motivación de un niño, les hace pensar que son menos capaces que sus compañeros y disminuye su confianza. Por lo tanto, recuerde que cada niño es una personalidad individual. Solo puede comparar a su hijo con él/ ella. Puedes llamar la atención sobre el punto que quieres enfatizar comparando los cambios que observas con sus comportamientos anteriores y actuales.
El examen no es un ‘fin’ Asegúrese de que su hijo entienda que el examen no es el final, sino solo un paso hacia una futura carrera. Asegúrese de que él/ ella entiende que lo que es importante para usted es que él/ ella hace su mejor/ su mejor, en lugar del resultado del examen. Recuérdale a él/ella que siempre lo amarás/a, que él/ella es valioso para ti y que siempre te preocuparás por él/ella, tenga éxito o no.
Consejos para los padres antes del examen Recordarse Durante el período de preparación del examen, algunas familias olvidan sus propias vidas y se dedican al proceso del examen con su hijo. Algunos renuncian a sus trabajos, otros tratan de hablar con los maestros todos los días sobre la situación de sus hijos y otros se quedan en casa a menos que tengan algo importante que hacer. Sin embargo, los padres no deben olvidar sus propias vidas. Esta actitud puede afectar negativamente al niño tanto como daña a los propios padres. En caso de un posible fracaso, el niño puede sentirse culpable.