¡Cuidado con las hemorragias nasales cuando hace calor!
¡Cuidado con las hemorragias nasales cuando hace calor! En los meses de verano, las hemorragias nasales aumentan debido a la sequedad causada por el aire caliente y los acondicionadores de aire y el aumento de la presión arterial.
La causa de sus hemorragias nasales importa El noventa por ciento de las hemorragias nasales son leves y generalmente desaparecen por sí solas. En alrededor del 10 por ciento, sin embargo, las hemorragias nasales pueden ser un signo de una afección grave, como hipertensión o enfermedad cardiovascular. En tales casos, el aire caliente y seco solo desencadena el sangrado. ¿Cuándo debería alarmarse por hemorragias nasales y consultar a un médico de inmediato? Aquí hay 7 síntomas y causas subyacentes de hemorragias nasales que deben tomarse en serio.
El aire caliente y seco provoca hemorragias nasales La mucosa nasal sangra con frecuencia porque se nutre de una red vascular muy densa y está en contacto intenso con el entorno externo. Hay una capa de mucosa similar a un gel en la mucosa nasal que la envuelve como una barrera. Esta capa mantiene la nariz húmeda y contribuye a la función de hidratación, calentamiento y limpieza del aire entrante. En tiempo muy caliente y seco, daño capilar y sangrado puede ocurrir debido al secado de esta barrera mucosa.
¿Cuándo consultar a un médico para las hemorragias nasales?
Si la nariz está sangrando mucho, Si el sangrado comienza a interferir con la respiración, Si el sangrado reaparece, Enfermedad sanguínea conocida, Enfermedad cardiovascular conocida, Si se usan anticoagulantes, Si el sangrado se debe a un trauma, es extremadamente importante consultar a un médico de inmediato.
¿Qué causa las hemorragias nasales?
Las causas de hemorragias nasales se dividen en dos grupos: causas locales y sistémicas. Podemos enumerar las causas subyacentes de las hemorragias nasales de la siguiente manera:
Causas locales Trauma: Cirugías nasales, traumas nasales, trauma baro como natación o buceo, uso prolongado de aerosoles nasales. Problemas en la nariz: Las curvaturas en la nariz pueden causar sequedad y costras seguidas de hemorragias nasales que interrumpen el flujo de aire normal. Temporada: En los meses de verano, la sequedad y el aumento de la presión arterial causados por el calor y los acondicionadores de aire en la nariz pueden causar hemorragias nasales. Enfermedades infecciosas e inflamatorias: Infecciones virales y bacterianas del tracto respiratorio superior, condiciones alérgicas como la fiebre del heno. Tumores: tumores en la nariz, los senos paranasales o las fosas nasales. Sin embargo, en este caso, el sangrado suele ser unilateral, continuo o recurrente. Causas sistémicas Enfermedad sanguínea: Un trastorno sanguíneo congénito o adquirido caracterizado por un trastorno de coagulación.
Causas hormonales: Aumento del volumen sanguíneo durante el embarazo.
Enfermedades cardiovasculares: Enfermedades cardiovasculares como hipertensión e insuficiencia cardíaca.
Nunca incline la cabeza hacia atrás si tiene una hemorragia nasal La información en la sociedad de que la cabeza debe inclinarse hacia atrás en caso de hemorragias nasales es muy incorrecta. Esta posición aumenta el riesgo de asfixia y arcadas con sangre que fluye hacia la garganta. Por esta razón, es necesario inclinar la cabeza hacia adelante en caso de hemorragias nasales.
En las hemorragias nasales, primero se limpia el interior de la nariz. Luego, se colocan tiras de algodón impregnadas de drogas dentro de la nariz y se aplica presión desde el ala de la nariz inclinando la cabeza del paciente hacia adelante. Con esta aplicación, se pueden detener 2/3 de hemorragias nasales. La cauterización (el proceso de quemar la mucosa nasal sangrante) es uno de los métodos más comúnmente utilizados para controlar las hemorragias nasales. En los
pacientes apropiados, se prefiere la electrocauterización o química dependiendo de la gravedad y la ubicación del sangrado. En las hemorragias nasales más graves, se puede aplicar un taponamiento anterior o posterior o ambos dependiendo de la ubicación del sangrado.