La piscina sucia causa diarrea
La piscina sucia causa diarrea Las piscinas, que proporcionan frescura en los calurosos días de verano, se desbordan de vacaciones. ¿Qué tan saludables son las piscinas?
¡Cuidado con la infección de la piscina!
Cuando las piscinas no están suficientemente desinfectadas, provocan enfermedades. Varios problemas tales como diarrea, piel, infecciones del tracto respiratorio superior pueden ocurrir cuando muchas personas sanas, enfermas o portadoras usan la misma piscina y los gérmenes se propagan más rápido debido al clima cálido.
4 problemas causados por piscinas
La mayoría de las enfermedades que pueden transmitirse por el agua de la piscina pueden neutralizarse por cloración. Sin embargo, es importante que el proceso de cloración se lleve a cabo en dosis adecuadas, a ciertos intervalos y con regularidad. Un cierto período de tiempo debe pasar para la cloración para neutralizar los microbios en el agua de la piscina. Las piscinas que no están suficientemente limpias pueden suponer un riesgo en la transmisión de infecciones mucho más graves como la tifoidea, la paratifoidea y la hepatitis A, que afectan a todo el cuerpo, además de problemas regionales. Para ser protegido, es necesario preferir el mar en lugar de la piscina, para asegurarse de que la piscina se limpia regularmente y consultar a un médico lo antes posible si se ha desarrollado una infección. Infecciones que pueden ocurrir con el agua de la piscina…
1. Diarrea
La causa más importante de contaminación es el uso de la piscina por personas que todavía tienen diarrea o que han tenido diarrea en las últimas dos semanas. Microorganismos como el cryptosporidium, giardia, E.Coli y shigella, que pueden transmitirse a las piscinas a través de las heces, también causan fiebre y diarrea con sangre. Incluso si se siguen y limpian las condiciones de higiene, existe el riesgo de que estos microbios puedan vivir en el agua durante horas o días y transmitir enfermedades. Por esta razón, el agua de la piscina nunca debe tragarse para evitar cualquier infección. Al mismo tiempo, tomar una ducha después de usar la piscina y consumir muchos líquidos son algunas de las medidas que se pueden tomar para la protección. También es importante que las personas que están enfermas usen las piscinas para reducir el riesgo de transmisión.
2. Infecciones del oído
Otro problema importante que puede ocurrir en piscinas que no están bien y se mantienen cuidadosamente es las infecciones del canal auditivo externo. Especialmente ‘otitis externa maligna’, que es causada por bacterias pseudomonas, puede causar dolor severo del oído, hinchazón en el canal auditivo externo, secreción del oído, obstrucción y problemas auditivos y complicaciones más graves. Aunque ocurre en todos los grupos de edad, es más común en los niños. Mantener los oídos lo más secos posible y usar tapones para los oídos o gorras de natación mientras nadas son algunas de las medidas que se pueden tomar. En caso de fuga de agua, el agua en el interior se puede drenar girando la cabeza hacia el suelo con las orejas hacia el suelo o moviendo el lóbulo de la oreja lentamente. Sin embargo, es absolutamente necesario no utilizar diferentes materiales como hisopos de algodón y consultar a un médico sin demora en caso de descarga inflamatoria, dolor, hinchazón y enrojecimiento en y alrededor de la oreja.
3. Infecciones oculares
Muchas enfermedades debidas a bacterias, virus y hongos pueden ocurrir en los ojos que están en contacto directo con el agua de la piscina. Estos problemas pueden ser lo suficientemente graves como para causar pérdida de la visión o pérdida del ojo. Aunque el riesgo es el mismo para todos, el riesgo de infección aumenta en personas con diabetes y en casos donde la inmunidad es débil. Evitar abrir los ojos bajo el agua o usar gafas mientras nadas ayuda a proteger contra tales infecciones.
4. Infecciones cutáneas
Las infecciones llamadas dermatofitosis se pueden ver en la superficie de la piel que entra en contacto con agua sucia durante mucho tiempo, especialmente debido a los hongos. Además, las áreas comunes y los artículos utilizados alrededor de la piscina pueden causar pie de atleta, infecciones vaginales por hongos en las mujeres, mientras que las personas con heridas abiertas pueden desarrollar infecciones bacterianas leves o graves en el sitio de la herida después del contacto con el agua de la piscina. Para evitar todo esto, es necesario no usar piscinas con agua turbia o sospechosas de estar sucias, ducharse con jabón o geles de ducha después de salir de la piscina y evitar compartir toallas. Si se desarrolla una infección, es importante consultar a un médico lo antes posible.