Los trastornos alimentarios causan ansiedad
Los trastornos alimentarios causan ansiedad Los trastornos alimentarios son más comunes en los jóvenes. Los trastornos alimentarios, que ocurren en 5 de cada 100 adolescentes, causan muchos problemas que van desde la ansiedad hasta la depresión.
Problemas causados por un trastorno alimenticio
Los trastornos alimentarios son un problema importante que se ha generalizado con los estilos de vida modernos. El creciente énfasis en la apariencia lleva a los jóvenes, especialmente en la adolescencia, a perder peso por razones estéticas en lugar de por razones de salud. Los cambios en las actitudes alimentarias pueden llevar a trastornos alimentarios. Más del 90 por ciento de los trastornos alimentarios ocurren en personas menores de 25 años y son más comunes en niñas. Hoy, 5 de cada 100 adolescentes enfrentan este problema. Los 3 graves peligros de los trastornos alimentarios…
- Ansiedad Durante la adolescencia, la ansiedad excesiva sobre el sobrepeso y la pérdida de peso acompañada de distorsiones en la percepción corporal allanan el camino para la aparición de un trastorno alimenticio. Los jóvenes con trastornos alimenticios tratan de reducir su ansiedad comiendo en exceso cuando están ansiosos, pero sienten arrepentimiento después de comer. El arrepentimiento, la inquietud y la ansiedad de imagen estética que se siente como resultado del acto de comer crecen y conducen a una mala concentración, sensación de que algo malo va a suceder, problemas de sueño, incapacidad para controlar la ansiedad y varios síntomas físicos. Las investigaciones demuestran que la malnutrición puede tener un efecto perjudicial en la personalidad de una persona. Los trastornos de ansiedad pueden ser causados por problemas médicos subyacentes. Las personas con trastornos de ansiedad son menos capaces de controlar sus emociones, lo que hace más difícil hacer frente a los ataques alimenticios.
- Depresión La depresión es el trastorno psiquiátrico más común asociado con los trastornos alimenticios. A veces los trastornos de la alimentación se encuentran en los jóvenes deprimidos, y a veces los trastornos de la alimentación pueden conducir a la depresión. La depresión, que tiene síntomas como sentirse triste, cansado, desesperanzado, indeciso, dormir más o menos, no poder disfrutar de las actividades que solían disfrutar y alteración de la concentración, puede ser a corto o largo
plazo. No se debe olvidar que la depresión experimentada durante la adolescencia tiene un impacto negativo en el desarrollo de la persona. Además, es difícil tratar un trastorno alimenticio sin tratar la depresión. De hecho, la depresión ralentiza la tasa metabólica y hace que la dieta sea más difícil.
- Riesgo de pérdida de vida Los trastornos alimentarios afectan negativamente a muchos órganos del cuerpo y su funcionamiento. Por esta razón, surgen problemas médicos. Trastornos como la digestión, trastornos del sistema cardiovascular, irregularidades menstruales, anemia, osteoporosis, caries dental se producen. ¡Los trastornos alimentarios también pueden ser mortales! Es imperativo comenzar el tratamiento antes de que se convierta en una amenaza para la vida. Los padres definitivamente deben seguir el comportamiento y las actitudes alimentarias de sus hijos durante la adolescencia y si observan una diferencia, deben asegurarse de recibir la ayuda adecuada antes de que se convierta en un trastorno psicológico.
Los trastornos alimentarios más comunes Anorexia nerviosa: El joven se muere de hambre y pierde peso, pero a pesar de la pérdida de peso extrema, todavía se considera con sobrepeso y se niega a morir de hambre. Bulimia nerviosa: Comer se convierte en el centro de la vida. Después del acto de comer en exceso, arrepentimiento, vómitos, medicamentos, auto-inanición se observan. El peso de estas personas suele ser normal.
Trastorno por atracón:Ocurre al menos una vez por semana durante un período de tres meses y hace que la persona coma en exceso en un corto período de tiempo. Este aumento desequilibrado o pérdida de peso puede conducir a graves peligros.