Meningitis La meningitis, definida como inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, es una enfermedad que requiere intervención médica urgente. Fiebre, dolor de cabeza y vómitos son los principales síntomas de la meningitis, pero estos síntomas también se pueden encontrar en otras enfermedades. Por lo tanto, es muy importante buscar atención médica rápidamente en presencia de tales síntomas. Los virus son la causa más común de meningitis. Sin embargo, las bacterias, hongos o parásitos también pueden causar meningitis. La meningitis puede ocurrir a cualquier edad, pero el riesgo es más alto en recién nacidos y niños menores de 1 año de edad. Sin embargo, la incidencia de la meningitis también está aumentando en personas mayores de 60 años.
Las vacunas mixtas en la infancia proporcionan protección contra muchas de las bacterias que causan la meningitis. Sin embargo, es muy importante que los padres presten atención a los síntomas de la enfermedad, para iniciar el tratamiento con prontitud y para evitar que la enfermedad cause daños.
La meningitis causada por virus es el tipo más común y es menos grave que los demás. La meningitis bacteriana es relativamente rara, pero puede ser muy grave si no se trata. Los virus que causan enfermedades como la varicela, el sarampión, las paperas, el herpes y la enterovirus, que generalmente se asocia con el sistema digestivo, pueden causar meningitis. Bacterias como Streptococcus pneumoniae, Neisseria mengitidis, Haemophilus influenza tipo B también están entre las causas de meningitis. Las vacunas en la infancia y más allá proporcionan protección contra la mayoría de las infecciones que causan la enfermedad.
Síntomas Algunos síntomas que pueden verse en la meningitis son los siguientes:
Fiebre de 38 grados o más Fuerte dolor de cabeza Rigidez del cuello Rigidez en el cuello Evite mirar la luz brillante
Somnolencia y falta de respuesta
Conciencia borrosa Convulsión Manos y pies fríos Tremor Respiración rápida Dolor articular y muscular
Es especialmente importante consultar a una institución de salud en caso de quejas como fiebre alta, confusión y dolor de cabeza. Los principales síntomas en los niños son fiebre, rigidez en el cuello, dolor de cabeza, confusión, inquietud, náuseas, vómitos e incapacidad para mirar la luz. Además, los niños menores de 2 años deben ser hospitalizados, ya que los siguientes síntomas pueden indicar meningitis.
El cuerpo del niño está doblado hacia atrás con el vientre hacia arriba y la cabeza hacia atrás No comas muy poco, Gemido o llanto agudo, Una mirada descolorida y manchada, La fontanela en la cabeza está extremadamente tensa e
hinchada, no esté rígida.
¿Cómo se transmite la enfermedad? Los virus y bacterias que causan la meningitis se pueden transmitir de las siguientes maneras:
Tos Estornudo Besos Uso de utensilios, platos y cubiertos compartidos.
Los virus o bacterias ingresan al cuerpo a través de la nariz, la garganta o el oído y llegan al cerebro, causando infección. La meningitis puede ocurrir a cualquier edad, pero la investigación muestra que es más común en estos grupos de edad:
Niños menores de 1 año Jóvenes y adultos jóvenes (de 16 a 25 años)
Personas mayores de 60 años
La meningitis es una de las enfermedades más peligrosas en los niños porque su sistema inmunológico es inmaduro. Las personas con un bazo dañado o extirpado también están en riesgo, al igual que las personas con condiciones de salud tales como enfermedades a largo plazo o trastornos del sistema inmunológico. Dado que algunos gérmenes que causan la meningitis pueden propagarse fácilmente, los brotes pueden ocurrir en áreas densamente pobladas donde las personas viven cerca unas de otras. En lugares como dormitorios y cuarteles donde las personas permanecen juntas, hay una alta probabilidad de propagación del agente. También se recomienda que los adultos sean vacunados nuevamente contra la meningitis cuando viajen a lugares como África, India y durante las peregrinaciones. Las personas con un sistema inmunitario bajo, como las personas con SIDA o cáncer, también están en mayor riesgo de contraer meningitis.
Métodos de diagnóstico El médico realiza primero un examen físico. Se verifica la rigidez del cuello, la flexibilidad de las articulaciones y la presencia de una erupción en la piel. Análisis de sangre La sangre se analiza para detectar la presencia de bacterias y virus utilizando marcadores enzimáticos. Punción lumbar: es una punción lumbar en la que se inserta una aguja entre las vértebras lumbares para recoger líquido cefalorraquídeo y detectar la presencia de bacterias y virus.
Tomografía computarizada: se revisa el cerebro para detectar cualquier cambio anatómico.
Métodos de tratamiento En casos muy graves de meningitis bacteriana, si el médico sospecha meningitis basada en los síntomas del paciente, el tratamiento antibiótico comienza inmediatamente en el hospital. Dependiendo de la edad y los factores de riesgo de la persona, la duración del tratamiento con antibióticos varía de 7 a 21 días.
También se reemplazan los líquidos perdidos debido a la fiebre, la sudoración y los vómitos. En algunos casos, se pueden administrar medicamentos esteroides para reducir el edema en el cerebro. Si las pruebas no muestran signos de meningitis, se suspende el tratamiento antibiótico.
La meningitis bacteriana es una afección muy grave; se trata en el hospital y la condición del paciente se vigila de cerca. La hospitalización también es necesaria en casos graves de meningitis viral. La meningitis bacteriana es una afección muy peligrosa, pero se puede curar si se diagnostica correctamente y se trata con prontitud. Si el tratamiento no se inicia inmediatamente, pérdida de audición,
convulsiones permanentes, trastornos mentales e incluso parálisis pueden ocurrir.
Tratamiento de la meningitis viral Si sus síntomas son graves, su médico puede recetar medicamentos antivirales. Es importante descansar mucho. En algunos casos, puede ser apropiado continuar el tratamiento en el hospital.
¿Cuándo se administra la vacuna contra la meningitis?
Meningitis Es posible protegerse contra la influenza hemofílica y las bacterias neumocócicas, que son agentes importantes de la meningitis, especialmente en los niños. Como vacunas infantiles, se proporciona protección a los lactantes contra dos importantes agentes de la meningitis con la vacuna neumocócica mensual, que se administra a los 2, 4 y 6 meses y se repite después de un año, y la vacuna contra la influenza Haemophilus, que se incluye en la quinta vacuna mixta administrada a los 2, 4, 6 meses y repetida a los 18 meses.
Además, por consejo de su médico, la vacunación puede administrarse en lugares con alto riesgo de infección, como dormitorios, jardines de infancia y establecimientos militares, así como durante viajes al continente africano y la India, y durante peregrinaciones.