No subestime el simple sangrado en los niños
No subestime el simple sangrado en los niños Los trastornos hemorrágicos en los niños se manifiestan más comúnmente por sangrado recurrente de las encías y la nariz o sangrado fisiológico excesivo en las adolescentes.
Causas del sangrado en los niños
Nuestro cuerpo funciona en un sistema increíble. Las enfermedades pueden dar varios síntomas. Algunas enfermedades pueden no ser comprendidas cuando muestran síntomas. Uno de ellos son los trastornos hemorrágicos en los niños. Los trastornos hemorrágicos en los niños se caracterizan principalmente por sangrado recurrente de las encías y la nariz o sangrado fisiológico excesivo en las adolescentes.
¿La coagulación es saludable?
Cuando un punto se corta en nuestro cuerpo, que funciona en un sistema perfecto, un proceso comienza a formar un coágulo para detener el sangrado y mantener el canal vascular abierto. Este proceso se llama ‘hemostasis’. Los tejidos que no pueden ser alcanzados por la circulación sanguínea inevitablemente mueren. Para la continuidad de la vida, el flujo sanguíneo debe mantenerse sin sangrado excesivo o coagulación. Cualquier alteración en el proceso de ‘hemostasia’ puede conducir a sangrado y/o oclusión vascular. La estructura vascular perfecta, el número y la calidad normales de plaquetas, la cantidad y actividad normales de los factores de coagulación y la adecuación del sistema fibrinolítico (disolución de coágulos) son importantes para el correcto funcionamiento del proceso de hemostasia.
¿Suele tener encías y nariz sangrantes?
Algunos síntomas indican una tendencia al sangrado en los niños. Estos niños pueden tener pequeños focos de sangrado (petequias) o moretones (equimosis) en la piel sin trauma grave. Las quejas frecuentes de sangrado de encías y nariz también son sospechosas. Además, en el caso de sangrado fisiológico excesivo y prolongado en niñas que entran en la pubertad, se debe considerar un recuento de plaquetas bajo o disfunción, deficiencia del factor Von Willebrand o estructura de colágeno anormal. A veces, los medicamentos que afectan la función de las plaquetas también pueden causar molestias.
¡Podría ser la hemofilia!
Los trastornos hemorrágicos a menudo comienzan en la infancia y duran toda la vida. Si los niños tienen sangrado en las cavidades articulares, los músculos o las cavidades corporales desde la infancia, esto puede deberse a una deficiencia hereditaria de factores de coagulación. La hemofilia A y la hemofilia B, que se observan principalmente en los niños, son más comunes entre estas enfermedades. También se debe tener en cuenta que la deficiencia de vitamina K y la enfermedad hepática también pueden causar trastornos de coagulación.
¿Por qué sangran los niños?
El diagnóstico precoz, el seguimiento minucioso y el tratamiento de estas enfermedades potencialmente mortales son importantes. Las cuatro causas de tendencia al sangrado en los niños se pueden enumerar de la siguiente manera:
Sangrado debido a trastornos de la estructura vascular: Las enfermedades congénitas o adquiridas que impiden la formación normal de coágulos en los vasos sanguíneos pueden causar sangrado y plantear un problema grave.
Sangrado por deficiencia plaquetaria: Normalmente, en caso de daño al endotelio vascular (revestimiento del vaso sanguíneo), las plaquetas, los elementos más pequeños de la sangre, se adhieren al tejido conectivo para formar un tapón y detener el sangrado en poco tiempo. Sin embargo, si el número de plaquetas es bajo (trombocitopenia) o su función es anormal, el sangrado no se puede detener durante mucho tiempo y representa un riesgo de muerte.
Sangrado debido a una deficiencia de factores de coagulación: La fibrina, que proporciona coagulación, interactúa con el tapón formado por plaquetas para detener eficazmente el sangrado. La falta de cualquiera de los factores de coagulación en este proceso previene la formación de fibrina y crea una tendencia a sangrar.
Sangrado debido al sistema fibrinolítico (disolución de coágulos): En el funcionamiento normal, el sistema fibrinolítico contribuye a la restauración del flujo sanguíneo en el vaso, la curación de heridas y la reconstrucción de tejidos. El funcionamiento inadecuado del sistema conduce a trombosis y bloqueo del vaso, mientras que la actividad excesiva causa sangrado.